Por Mely
Yarith Borja
En un país muy lejano vivía
una niña llamada Lucia, quien convivía muy feliz con sus padres en un castillo rodeado de
muchas flores, animales, y un rio caudaloso.
Una tarde, Lucia salió con
sus padres a pasear por el rio, jugaban y se divertían mucho, pero sus padres
se distrajeron cuando la niña empezó a caminar por los jardines hasta perderse
en el bosque. Cuando quiso volver no pudo hacerlo y Lucia muy estaba triste y
desesperada porque no sabía cómo regresar a su hermoso castillo.
Caminó hasta que se perdió
más en el bosque. Al llegar la noche no sabía qué hacer y dónde refugiarse.
Llovía y la oscuridad la desesperaba. Estaba muy asustada por los aullidos de
los lobos y los ruidos que hacían los animales al pisar las hojas de los
árboles. La pobre niña empezó a llorar, pero la sorprendió una luz en medio del
bosque y la voz de su padre que la llamaba. Se alegró al saber que su papá
buscaba a su hermosa pequeña. La abrazó y la besó, y aunque solo pasó cuatro
horas perdida en el bosque, para ella fue toda una eternidad.
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