Por Maylin
Ojeda Hernández
Hace mucho tiempo en una
ciudad lejana vivían dos amigas llamadas Marcela y Sofía. A las dos le gustaban
mucho las flores pero en toda la ciudad no había ni un solo jardín por lo que
Marcela y Sofía tenían que verlas en fotografías. Una mañana Marcela le dijo a Sofía que entre las dos podían
hacer un pequeño jardín en su patio, pero como no tenían dinero para comprar lo
necesario, le pidieron a sus padres que las ayudaran. Como el dinero no
era suficiente decidieron vender
galletas a sus vecinos para recolectarlo. Al cabo de unas semanas después
lograron comprar todo lo que necesitaban y empezaron a sembrar flores. Todos
los días cuidaban de su jardín pero notaban que sus flores estaban creciendo
muy tristes y lo dejaron así. Cuando la mamá de Marcela se dio cuenta del
estado del jardín, les preguntó por qué habían dejado de cuidarlo y ellas le
explicaron que sus flores no estaban creciendo felices como ellas querían.
También se excusaron con ser solo unas niñas que necesitaban ayuda porque no
sabían cómo actuar ante la situación. La madre de Marcela le dijo que el
problema estaba en que no les estaba dando el sol, así que las niñas rodaron
las materas y al pasar unas semanas ya tenían un hermoso jardín. Como era el
único en la ciudad era muy visitado. Marcela y Sofía se sentían muy orgullosas
de su bello jardín y decidieron sembrar flores en toda la ciudad, ya que nadie
se había preocupado por hacerlo.
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