lunes, 27 de octubre de 2014

EL Gatopájaro

En esta clase leímos los cuentos cortos del autor colombiano
Evelio Rosero. Nuestro ejercicio fue analizar el texto desmenuzando las características y recursos que el autor utiliza en el momento de escribir. Analizamos cuentos como "Bajo la lluvia", en el que el autor nos regala una situación increíble y nos permite volar la imaginación.
El ejercicio de esta clase consistió en escribir cuentos incluyéndole elementos fantásticos así como el Maestro Rosero.

Bajo la lluvia (Cuento de Evelio Rosero)
Le preguntamos qué hacia ahí, flotando en la calle bajo la lluvia, y él respondió que nada, que lo único que hizo fue saltar un poco, para evitar un charco, con la extraña suerte de que no volvió a caer. "Y aquí estoy como pueden ver", dijo. Tenía los ojos aguados, como alguien sorprendido por la emoción más inaudita , como alguien a punto de llorar silenciosamente. Su corbata colgaba ondulante, parecía lo único de él que pretendía continuar atándolo realmente a la tierra. Y, sin embargo, también él parecía aceptar su situación, porque reconoció estupefacto: "Debo ser uno de los tantos casos raros que hoy existen en el mundo". Nos contó que al principio fue agradable. "Esto es como los pájaros", contó que había pensado, pero más tarde todo eso empezó a preocuparlo porque se elevó un metro y después dos más y de pronto comenzó a decirnos que sentía que otra vez iba a seguir elevándose, que lo ayudáramos. "¡Pronto, pronto!" gritaba.
"Su situación es peligrosa" reconoció alguien, "si sigue elevándose a ese ritmo un avión podría quitarle la vida". "Sería lo mejor", sonrieron dos mujeres, "a quién se le ocurre saltar para no volver a caer". "Esto hay que publicarlo", pensaron otros, "de lo contrario nadie va a creerlo".
"Qué podríamos hacer", le dijimos, "podríamos amarrarlo".
"¡No, no!" respondió él esforzando la voz -porque ya se había elevado cuatro o cinco metros más, de un sólo tirón-, "no quisiera hacer el ridículo, perdería mi puesto en el banco". Se estuvo pensativo unos segundos.
"¿Entonces?", le gritamos.
"Díganle a mi novia que hoy no pasaré por ella", respondió más resignado que impaciente. Decir aquello fue como arrojar el último lastre de su vida. De un sacudón empezó a elevarse con la lentitud de un zepelín.
"Pero dónde vive ella" le preguntamos. Él nos gritaba una y otra vez, repitiendo la dirección. distinguimos cómo gesticulaba, desesperado. Ninguno de nosotros alcanzó a escuchar dónde vivía su novia. Además, al verlo desaparecer, nos pareció que su destino tenía tal viso de sospecha fantasía que ya nadie realmente le importaba justificar su ausencia ante el mundo.






Partes del cuento

En las tres clases anteriores los alumnos se basaron en las imágenes de las viñetas para utilizar su imaginación y crear su propia historia a partir de estas.





Algunos solo se limitaron a las descripciones de las imágenes, y otros fueron más allá, dándole caracterizaciones a los personajes y poniéndole color a las situaciones.
Después de cada escrito cada uno de ellos leyó su escrito y los demás aportó sus ideas y apreciaciones. 







lunes, 22 de septiembre de 2014

BIENVENIDOS

Retomamos los talleres en Pueblo Viejo y sus alrededores con la asistencia de 27 estudiantes de los grados 10 y 11, convocados para conocer esta actividad académica donde se juega con la imaginación y las palabras.


Reunidos en el salón de actos de la Institución Educativa Distrital San José de Pueblo Viejo, realizamos una ronda en la que nos presentamos, hablamos del cuento y sus características, procedimos a leer un cuento de Gabriel García Márquez e inmediatamente procedimos a escribir unos cuentos basados en hechos reales pero con toques ficticios de libre elección de los alumnos.
Los chicos se divirtieron, reforzaron la teoría del cuento y escribieron sus historias con las cuales pudieron expresar fantasías e inquietudes.

Después de la escritura, leímos los trabajos de unos cuantos y cada uno de ellos compartía su opinión acerca del texto del compañero con el fin de enriquecerlo o expresar encanto por la creación del otro.
Así fue como los alumnos de este nuevo taller en el municipio de Pueblo Viejo, tuvieron la oportunidad de encontrar abierta una ventana hacia la literatura, el enriquecimiento y la expresión.


La Gobernación del Magdalena y la Universidad del Magdalena, les da la bienvenida a: Eduardo Jose Linero Pabón, Jailin De la Cruz, Michael Orozco Suàrez, Georgeth Bolillo Miranda, Sandra Maldonado Urieles, Isabel Ariza Carbonò, Ilse Melendez t, Yaniris Borja Rivera, Camilo Montenegro Ariza, Dairon Cantillo Acevedo, Rafael Santo Uribe Anchila, Duberly Torres Melendez, Jennifer Jimenez Jimenez, Felicia Ceballos, Yeison Jose Martìnez Arias, Jhony Bolaño Cantillo, Marìa Alejandra Moreno, Laura Obispo Borja, Jose Luis Ibarra Lleras, Yaritza Cueto Hernàndez, Yarlenis Obispo Serrano, Belkis Montenegro Jimenez, Mariceth Rodrìguez Lòpez, y Jose Francisco Serrano.

Fue grato contar con la presencia de tres muy buenas alumnas del año pasado: Mely Borja Hernàndez, Mailyn Ojeda Hernàndez, y Berlys Ibarra Daconte. 

En el siguiente enlace está un archivo PDF

jueves, 17 de abril de 2014

Muchas Gracias

En el siguiente video los alumnos del taller de escritura creativa del municipio de Pueblo Viejo, expresan sus agradecimientos e impresiones acerca de este proceso:


jueves, 26 de diciembre de 2013

El Fin de un Amor Pueblerino


Por: Yarelis Conrado

Muy cerca de Tasajera, entre el mar y la laguna, vivía  una preciosa mujer de esas con grandes virtudes que muchos hombres deseaban en una esposa. El nombre de esa mujer es Natalia,  poseía una extrema belleza que a  todos  los hombres del pueblo  impactaba.  Sin embargo, de tantos hombres que la admiraban y deseaban, ella solo privilegió a uno, por él era capaz de arriesgarlo todo.
El joven a quien Natalia le entregó todo su amor era un estudiante muy centrado que tenía muy clara la idea de seguir adelante y llegar a ser un gran profesional. El al igual que ella, también se enamoró, pero tuvo la oportunidad de irse a estudiar  a la ciudad de Barranquilla en busca de una carrera universitaria. Su mayor anhelo.
Mientras que Natalia lo esperaba con paciencia en el pueblo, el ansiaba verla cuando llegaban las vacaciones, los lunes festivos o fines de semana. Y cuando no podía volver, le escribía cartas de amor.
Bonito era aquel noviazgo, amor mutuo entre ellos. Eran ejemplo de muchas parejas de aquel entonces. Así pasaron muchos años mientras él hacia su profesión y ella paciente, lo esperó diez largos años.
Hasta que por fin llegó el momento deseado en el que él finalizó su carrera y Natalia guardaba las esperanzas de casarse con el hombre de su vida, pero lo que no presintió nunca fue que su novio, ahora un profesional, buscó a otra mujer que estaba en su mismo nivel y no le importó a la que lo esperaba en el Pueblo.
El no volvió a escribirle más, nunca volvió a verla, ni pregunto más por ella. Mientras ella, impaciente se encontraba esperanzada con que él regresaría y a su  vez lloraba lagrimas vivas que acompañaban su pena y dolor.
Pasaron dos años y él regresó a ver a ver a su familia acompañado con la otra novia. Se oía decir en el Pueblo que la boda se realizaría un 16 de Julio para que coincidiera con la fiesta de la santa patrona, La Virgen del Carmen; pero en  la vida hay errores, errores imperdonables.

Natalia se convirtió en una mujer herida y cegada por lo celos que juró que antes de perderlo primero acabaría con su vida. Con su idea maligna fue  al otro lado del pueblo donde se dios la boda y llego hasta la puerta del baile. El se encontraba   sentado con su esposa y ella se acercó, le dio un beso en su boca y le dijo: si te burlaste de mí aquí y no pudiste amarme quizás en el cielo me ames. Entonces sacó un arma y le disparó hasta verlo muerto, y con la misma arma, Natalia se suicidó.

Solo queda los recuerdos


Por: Berlys Ibarra Daconte

Aquellas tardes y noches que pasábamos juntos, esos días en los que tanto nos reíamos y hablamos de cuando fuéramos adultos, de cuando tú fueras médico, técnico o ingeniero; lamentablemente se fueron. Tus estudios te llevaron lejos del pueblo donde compartimos nuestras alegrías, tristezas y problemas. Esos sentimientos que hacían grandes nuestra amistad. Nunca olvidaré cuando salíamos al parque  a comer los helados de la plaza que tantos nos gustaban y cuando tú te reías al ver mi boca untada de miel.
Yo siempre me reía de cualquier cosa y eso para ti era alegría. Pero cuando llegó ese día en que te tuviste que ir y no te despediste, fue triste. Antes de que llegara ese día solo me dijiste que me cuidara, que tú desde allá ibas a pedirle a Dios que me protegiera. Sonreí y te pregunté si te ibas a ir ya, pero tú me dijiste algo así como “sí, pero aún falta mucho”.
Fui al lugar donde acostumbrabas ir todas las noches y al no verte allí me pregunté: ¿Que tendrá mi hermanito?, ¿Porque no está aquí? Nunca pasó por mi cabeza que te habías ido. Cuando lo supe me sorprendí. Después vino ese amigo nuestro con una carta que habías escrito para mí, donde me decías que te perdonara por no despedirte porque no eras valiente para decirme adiós  y que un día cualquiera  volverías y ese día sería para quedarnos juntos y volver a vivir esos lindos momentos de nuestra niñez.
Aún recuerdo esas palabras con cariño porque sé que llegará el día en que nos reencontraremos. Pero  meses después de tu ida, solo eran llamadas y las lágrimas no faltaban en nuestras mejillas. Solo nos quedaba ser fuertes y sobrellevar a distancia nuestra amistad.
Hace cinco meses que no nos hablamos, quizás porque tendrías miedo a que no acepte por esa decisión que tomaste en tu vida, pero sabes eso a mí no me afecta porque pienso que nuestra amistad no se va acabar porque ahora seas Cristiano.
Eso no borra los malos y buenos momentos que  pasamos juntos por qué amistad como la nuestra no está en todas partes. Recuerdas que el destino nos hizo amigos y el corazón hermanos. Tus palabras nunca las olvidaré porque no solo fueron palabras de amigos si no de hermanos.
Al extrañarte me hace pensar que te olvidaste de mí, pero veo que pienso mal. Hace días abrí mi Facebook y vi tus lindos mensajes. Allí comprendí que tú también me extrañabas tanto como yo a ti. Cuando salgo por esos lugares a los que visitaba en tu compañía, te extraño más. Sobre todo cuando veo a esos muchachos con quienes hablabas y no te veo ahí.
¿Sabes qué me duele más?, esta desesperación que siento cuando no encuentro a nadie que me dé un consejo, cuando no encuentro con quien hablar y que en el momento en que yo diga estoy bien, me diga: yo sé que no lo estás.

Hoy solo espero el día  en que vuelva a verte sonriendo y escucharte reír, pero mientras eso pasa estaré aquí porque solo me quedan los recuerdos de lo que un día vivimos.

La Niña desamparada


Por Mely Yarith Borja

En un país muy lejano vivía una niña llamada Lucia, quien convivía muy feliz  con sus padres en un castillo rodeado de muchas flores, animales, y un rio caudaloso.
Una tarde, Lucia salió con sus padres a pasear por el rio, jugaban y se divertían mucho, pero sus padres se distrajeron cuando la niña empezó a caminar por los jardines hasta perderse en el bosque. Cuando quiso volver no pudo hacerlo y Lucia muy estaba triste y desesperada porque no sabía cómo regresar a su hermoso castillo.

Caminó hasta que se perdió más en el bosque. Al llegar la noche no sabía qué hacer y dónde refugiarse. Llovía y la oscuridad la desesperaba. Estaba muy asustada por los aullidos de los lobos y los ruidos que hacían los animales al pisar las hojas de los árboles. La pobre niña empezó a llorar, pero la sorprendió una luz en medio del bosque y la voz de su padre que la llamaba. Se alegró al saber que su papá buscaba a su hermosa pequeña. La abrazó y la besó, y aunque solo pasó cuatro horas perdida en el bosque, para ella fue toda una eternidad.